lunes, 14 de mayo de 2012

Museo Ramón Gaya parte 2



Este cuadro trasmite tranquilidad y serenidad debido a sus colores pasteles como el marrón, el blanco roto, el blanco.... También trasmite la paz ya que cuando se observa nos recuerda a una casa de campo alejada de los ruidos y contaminación que hay en las ciudades, por el mobiliario rustico que se presenta en este, el frutero, las flores, los cuadros, libros…

En uno de los libros podemos observar a dos huertanos muy típicos de la Región de Murcia y en uno de los cuadros el autorretrato del propio autor. El autor también plasma la pintura japonesa mediante el abanico que aparece junto al autorretrato de este.
En esta obra de Juan Ramón Gaya lo primero que nos llama la atención es la mujer que hay arrodillada sobre el suelo, Esto más el paisaje oscuro que la acompaña exceptuando un pequeño espacio por el cual parece que entra un poco de luz nos lleva a contemplar el sentimiento de soledad, el de depresión y dolor por la mano que se lleva la mujer al pecho que a su vez van unidos a la tristeza que siente por dentro la cual podemos ver reflejada en su rostro. Decir también que el color del suelo y la forma en la que la mujer lleva el vestido puesto acompañan perfectamente a los sentimientos que hemos nombrado anteriormente.




Este cuadro, Ramón Gaya representa un homenaje a una escultura de Salzillo.

Así, tras contemplar este lienzo, lo primero que hemos sentido es en la dificultad de ejecutarlo, ya que recordamos la etapa en la educación obligatoria donde representábamos diferentes objetos de la realidad (fruta, paisajes…) y a veces era frustrante el hecho de ver que no guardaba relación ninguna lo representado con la imagen real. Observando la imagen y recordando la escultura real en que está basada, hay que citar que guarda una inmensa relación:

-         En cuanto a la expresión que transmite la cara.
-         Equilibrio de tamaños: manos, cuerpo, cabeza…

Fijándonos, vemos que el artista se centra en la expresión de la cara como forma central de la obra, viendo las líneas y sus partes más claras y definidas, y el resto del cuadro un poco más difuminado.

Un detalle que llama la atención son las flores de la parte inferior del cuadro, ya que si imaginas este sin ellas, pierde como una parte principal (he intentado imaginarme el cuadro sin ellas, y cambia totalmente).

Y por último creemos que el matiz del fondo es totalmente apropiado con lo que la imagen requiere, un fondo sencillo, de color apagado que obliga a la imagen a centrarte en la imagen central, vestimenta y detalles corporales.




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